Sentimiento campesino

Campesino de alpargata, década de los cuarenta, que con sudores criaban el fruto de sus cosecha.

Con una gran ilusión esas tierras trabajaban, no tenían mas recursos que sus brazos y una azada.

Recuerdo aquellos tiempos las cosechas transportaban a lomos de los borricos y a los lagares llevaban.

Aquellos años de lluvia, que tan mal lo pasaban, se le caían a las bestias las uvas desparramadas.

Agotadas ya sus fuerzas y con agudas palabras se revestían de paciencia y otra vez la cargaban.

La llevaban al lagar donde era rechazada, recorrían los lagares y nadie se la tomaban.

Las lágrimas y el sudor en su rostro se mezclaban, esperando el nuevo día, iban a casa a descargarlas.

Minoría de campesinos sus cosechas encerraban se quedaban en el lagar al termina la jornada.

Aquellos brazos cansados las uvas las destrozaban y las echaban al mono donde luego la prensaban.

Para tirar aquel mosto los que no tenían lagar, los coleros en los pellejos los solían trasportar.

Así sucesivamente año tras año pasaban y un día de repente sus mentes eran iluminadas.

Poner una cooperativa sería buena solución, llevaría allí sus frutos con nostalgia e ilusión.

Poniendo manos a la obra lo hicieron como pensaron aunque después la cosecha cobrada era al año.

Los que eran campesinos hoy son agricultores, ese grado lo han ganado con maquinaria y tractores.

Abrigando la esperanza en tiempos no muy lejanos exportar al extranjero nuestro vino embotellado.

Es de gran satisfacción esos nombres etiquetados MIORO, el LABRADOR y PRIVILEGIO del CONDADO.

Gracias a la Cooperativa todos hemos superado la atribución y angustia de aquellos tiempos pasados...